Mi política con respecto a las cadenas que recibo por correo electrónico, que no son pocas, es que no las reenvío. Las únicas excepciones que hago con ese tipo de correo es cuando se trata de algún chiste, siempre y cuando sea bastante bueno. Todas aquellas de que si no las mando a 15 personas en 10 minutos me traerán mala suerte simplemente las ignoro.
Creo que es un punto que no había aclarado antes, así que quiero pedir una disculpa a todas esas personas que creen que ya no los considero mis amigos por el simple hecho que no les regresé la cadena, tal y como lo pedían. Imagínense que le envío una cadena a 20 personas, que por lo general me va a haber llegado de 2 o 3, y a más de la mitad de esos 20 le va a haber llegado de alguien más. Luego recibo 20 veces más la misma cadena, y después otras tantas porque ellos la reenviaron a alguien que me conoce, y tengo que responderle también a esos para que no crean que no los considero mis amigos. Puede convertirse en algo interminable, del tipo
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o
fin: BRA fin
Algunos lo entenderan.
¿A qué viene todo esto? En ocasiones, como lo mencioné antes, recibo chistes o imágenes que resultan bastante divertidas. La siguiente entrada del blog corresponde a una que recibí esta semana, sobre la cual puedo hacer más comentarios que si simplemente reenviara el correo. Cosa que por cierto no hice.
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