Yo era un árbol. Vivía para dar sombra a los automovilistas que tenían que detenerse ante una luz roja. Era feliz protegiendo de los rayos del sol a los vendedores de periódicos. Pero ya no más. Ya no creceré ni veré mis ramas alcanzar el cielo. Quienes descansaban al detenerse junto a mi ya no podrán gozar de mi protección. No más nidos, trinos ni aleteos de aves…
Fui un árbol, pero esto es todo lo que ahora soy.
Dedicado a quien o quienes decidieron “podar” al árbol del crucero de la Calzada Cetys y Blvd. Carranza. No entiendo a quién le pueda haber estorbado como para acabar con él. En todo caso hubieran cortado al árbol torcido que está como a 10 metros y que si puede llegar a extenderse hacia la calle.